1. INTRODUCCION
Las Universidades se definían originariamente, como asociaciones entre alumnos y profesores. El núcleo fundamental de esta definición, trata de una asociación de personas relacionadas por un vínculo igualmente personal y en clara respectividad: ser alumno de profesores y ser profesor de alumnos. Esto significa que la obra que surge de esa comunidad es una forma peculiar de ser, lo que es cultivado en las Universidades no solo son distintos saberes, sino también a las personas, la sociedad y la cultura misma, la Universidad es una Institución que gira alrededor de un ser humano.
De este modo, la búsqueda de la verdad, la invención de nuevas tecnologías, la creación artística, etc., adquieren su verdadera dimensión, por cuanto el verdadero sentido de todas éstas reside en la “capacidad humanizadora”. Toda Universidad debe contener, así sea implícitamente, un proyecto que no se refiere fundamentalmente a cuestiones que atañen al desarrollo de los saberes, sino al desarrollo de la persona humana. Es así que toda Universidad debe estar definida por el servicio que presta a la sociedad o la persona que se pretende a la conclusión de los estudios. No se trata de establecer una serie de atributos, como si fuera un inventario o una receta, en el que la persona o estudiante solo sea “algo”, es quizá elemental pero también más complejo.
Se debe recalcar que un emprendimiento de una Universidad no se constituye a partir de declaraciones llenas de buenas intenciones que puedan describir o quiera alcanzar un ideal humano, no puede ser impuesto como modelo arquetípico y ni siquiera puede surgir de una suerte de acuerdo democrático entre los miembros circunstanciales, este proyecto debe gestarse en la historia, en la tradición, en el quehacer cotidiano, en el contexto, en una fidelidad originaria a un proyecto que da sentido y que nunca puede ser simplemente vertido en palabras.
2. ¿QUÉ ES LO QUE HACE QUE LA UNIVERSIDAD SEA UNIVERSIDAD?
En los inicios de las Universidades Europeas, que surgen como continuación de las escuelas que unidas a las iglesias, conventos y catedrales se encargaban de la producción y difusión del conocimiento, las escuelas se convirtieron en “Estudios Generales” por la diversidad de nacionalidades de los alumnos y maestros, pero sobre todo por la variedad de conocimientos que ahí se impartían.
La sola identificación de los elementos que configuran una Universidad, no bastan por sí mismos para constituirla como tal; sin embargo, es conveniente primero determinar cuáles son y después ver cómo estos elementos llegan a ser Universidad.
La Universidad la configuran cuatro actores principales: los docentes, los estudiantes, los administrativos y el lugar donde se agrupan.
Pero identificar y agrupar una serie de proposiciones, no constituyen una argumentación, sino que éstos actores deben interrelacionarse de tal manera que, una de ellas se deriven de las otras, así los elementos de una Universidad no constituyen por sí mismos la Universidad sino que ésta llega a ser, en el momento en que se interrelacionan de tal forma que la producción de los saberes, la expresión y confrontación de los mismos se presenta como resultado de esta interrelación y es que ésta se lleve a cabo bajo un clima de libertad y de búsqueda, ya que sin desplegarse y reflexionar, y sin confrontar el pensamiento, la Universidad no tiene sentido.
Bajo la anterior óptica, tres son elementos de interacción:
a) Generación libre de conocimiento.
b) Expresión libre de conocimiento.
c) Difusión libre de conocimiento.
Sin la interacción de estos elementos, sin el pleno equilibrio entre ellos, que se encuentren bajo un compromiso social serenamente aceptado, sólo tendremos ilusoriamente una Universidad y lo que se diga de ella será discurso vacío.
3. CARACTERISTICAS DE UNA UNIVERSIDAD
3.1 Autonomía
Las universidades para poder llevar a cabo la interacción de elementos no deben “tener” Autonomía sino “ser” Autónomas, ya que hay una enorme diferencia entre tener y ser.
El tener relaciona necesariamente la dicotomía de “dueño-poseído”, el dueño puede legítimamente hacer con lo poseído lo que le plazca, puesto que no habiendo interrelación entre ambos, lo que suceda a lo poseído en nada afectará al dueño. El dueño puede modificar lo poseído, siguiendo como única norma de cambio su propio provecho. Si esta es la dimensión del tener, entonces, tener autonomía no es loable y no puede constituirse como objetivo de una Universidad, porque si se quisiera Autonomía, en el sentido antes descrito, entonces podríamos manipular las leyes, al propio beneficio de “grupos de poder” que utilizaran la legislación de la Universidad, siendo los “dueños” de tal conjunto de leyes.
Ser autónomo, implica que la autonomía no es vista como algo externo, algo que ha sido concedido desde fuera, comienza en el momento en que los universitarios toman conciencia que la Universidad no es una entidad extraña a ellos, es una entidad donde no solo “están en” sino que, también son la Universidad y forman parte de la Universidad el conjunto de docentes, administrativos y estudiantes.
3.2 Libertad
La Universidad es libre porque en ella caben todos los posibles asuntos que le interesan al ser humano como tal y como parte integrante de la Naturaleza.
La libertad exige dos elementos: una variedad de posibles y la capacidad de pronunciarse por uno de ellos. En la vida académica Universitaria, deberíamos encontrar esta realidad: posibilidades y pronunciamientos; ya que es en lo que finalmente se sustenta la libertad de la cátedra.
La Universidad, que es una realidad con la que interactuamos diariamente, no está del todo hecha, no está del todo acabada sino que por el contrario es nuestro un quehacer diario y como tal tendrá que ser construida por nuestra actividad diaria.
3.3 Justicia
Otra característica que pienso debemos encontrar en una Universidad, es la Justicia, entendida al modo platónico como una virtud que permitirá ejercer la actividad del docente – estudiante como personas en iguales condiciones.
La Universidad será justa si cada uno cumple su función propia según el área en la que se encuentre, bien sea investigación, docencia o de administración. Pero habrá que recalcar que la acción es común, es decir que todos debemos realizar lo que nos corresponda en nuestro campo, logrando una armonía entre sus componentes.
3.4 Humanismo
La Universidad deberá promover el respeto a la dignidad humana que se fundamentará en su condición de ser libre, pero la libertad no es posible sin un desarrollo intelectivo adecuado; de ahí que habrá que tomar en cuenta que la dignidad de la persona está fundamentada en la posesión de la libertad y en el desarrollo del entendimiento cuya manifestación es la capacidad de reflexión.
La Universidad deberá mantener y defender la educación humanística, cuya expresión será el respeto a la libertad, a la armonía y a la cultura. De forma que se tenga una conciencia de la dignidad esencial que todo ser humano posee; poseer disposición a convivir con el que piensa de modo distinto, sin que esto quiera decir claudicar del propio pensamiento, sino que significa la unidad en la diversidad.
3.5 Finalidad
La función de la Universidad en primer lugar deberá ir encaminada a proporcionar a la persona la oportunidad de un desarrollo humano, tal que lo lleve a integrarse a la sociedad como factor de cambio.
La primera finalidad de la Universidad no será formar profesionistas, sino seres humanos íntegros, individual y socialmente; si se pierden estos aspectos nos llevará a querer reducir a una función mecánica la vida universitaria, la actividad docente, la investigación y la difusión del conocimiento, además para un estudiante la Universidad la Universidad lo llevará a pensar todo en relación con la demanda de empleo.
4. ¿DEBE SER LA UNIVERSIDAD UNA INSTITUCIÓN CULTURAL?
El hombre crea cultura en la medida en que se dedica a significar su entorno. De donde "La cultura es la provisión disponible de saber en el que los participantes de la comunicación extraen las interpretaciones cuando se ponen de acuerdo sobre una realidad del mundo" (Rollet, 1992, p.105).
Muchas veces se ha manifestado que la Universidad debe ser un centro cultural, creador, difusor, promotor de la cultura de un pueblo. Consecuentemente, muchas instituciones universitarias han creado dependencias que cumplen con esta función de manera específica. Es la extensión universitaria, normalmente colocada como departamento o dirección en las áreas de difusión cultural. Sin embargo, no solo cultura debe ser solamente una actividad que cualifique la Universidad. La palabra cultura despierta en la mente y en la imaginación del lector u oyente imágenes de arte: música, danza, pintura, etc., pero en realidad es más amplio el concepto.
La cultura será entonces el resultado de una reflexión del hombre sobre sí mismo y sobre el mundo que le rodea. Es una confrontación creadora; es una construcción de la realidad. Exige un esfuerzo de comunicación porque el esfuerzo es compartido y rompe el desequilibrio provocado por la sobreespecialización del hombre contemporáneo. Se asoma aquí la interdisciplinariedad en el ámbito académico para comprender y transformar el mundo. Esta comprensión va dirigida principalmente a las relaciones existentes entre personas, objetos y sucesos; de ahí surgen las preferencias y los propósitos que permiten la acción y desembocan en objetivos alcanzados.
Por lo tanto la Universidad deberá desarrollar la cultura y crear un clima cultural porque los universitarios deben llegar a ser guías sociales. Sin esta referencia, sin este medio humano no sería posible cumplir con esta función central de la Universidad.
1 comentarios:
Esta muy bueno su artículo, le ruego incluir en su blog los blogs de los compañeros quer estan pub licados en http://emi-mesu12.blogspot.com
Atte. MSc.Aranda
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